LA ANSIEDAD. CAUSAS, SÍNTOMAS Y TRATAMIENTOS.

Cambia de vida

La ansiedad, según el diccionario de la real academia española, se define como un estado de agitación, inquietud o zozobra del ánimo, o como una angustia que suele acompañar a muchas enfermedades y que no permite sosiego a los enfermos.

En nuestro día a día, la ansiedad la vivimos como un estado que nos bloquea y no nos permite reaccionar correctamente ante las situaciones en las que nos encontramos a causa del miedo a alguna cosa o circunstancia. Este hecho hace que nuestras reacciones emocionales sean desmesuradas y se acabemos sufriendo trastornos físicos.

Va asociada al estrés. La persona que tiene un nivel de estrés cada vez más elevado puede acabar sufriendo un cuadro de ansiedad.

Las causas de la ansiedad son muchas y variadas. Pueden asociarse a circunstancias que estamos viviendo como problemas familiares, laborales o económicos, a sucesos puntuales que pueden generar un trauma como un robo, una violación o un accidente, o a prácticas nocivas continuadas como consumo de alcohol o drogas.

Los síntomas que podemos encontrar en una situación de ansiedad pueden ser tanto físicos como emocionales: intenso malestar, cansancio excesivo, incapacidad de controlar los sentimientos de miedo o incertidumbre, tensión, insomnio, dolor en el pecho, dificultad para respirar, sudoración excesiva, temblores, náuseas, sequedad de boca, dolores de cabeza, mareos o aumento del ritmo cardíaco, entre otros.

Los tratamientos son diferentes maneras para controlar y combatir la ansiedad una vez se ha presentado el trastorno. Puedes utilizar más de un método a la vez para conseguir resultados más efectivos en el menor tiempo posible.

Con medicación: antidepresivos, ansiolíticos y bloqueadores Beta.

Los medicamentos pueden ayudar a controlar la ansiedad. Deben ser recetados por un médico. Será éste el que decida qué fármaco y que dosis utilizar en cada caso.

Con psicoterapia. Impartida por psiquiatras, psicólogos o consejeros que te ayudarán a manejar los trastornos y los síntomas que se presentan.

Con terapia cognitiva-conductual. Para cambiar ciertos patrones en los pensamientos y recuerdos que dan inicio a los miedos y preocupaciones de los pacientes. Suelen ser tratamientos personalizados, aunque también se pueden trabajar en grupo.

Con relajación. Algunos de los métodos más efectivos son la meditación, el mindfulness, el yoga o el tai chi, en los que con determinados movimientos, posiciones y respiraciones se llega a calmar el cuerpo y la mente. También es útil la técnica de relajación muscular progresiva Jacobson.