El Mindfulness es un tipo de meditación y, como tal, es una herramienta para reducir ese estrés. Hay muchas traducciones al castellano, siendo “Atención Plena” la más utilizada. Se trata de vivir cada momento con la atención puesta en lo que estamos haciendo y sintiendo en ese momento, poniendo los cinco sentidos en ello, y no juzgarlo.
Puede parecer complicado pero con un poco de ayuda es fácil conseguirlo. Además, puedes incorporarlo fácilmente en tu día a día.
Se trata de estar con los cinco sentidos en lo que hacemos. Hacer-Sentir-Pensar. Todo a una. Alineados. Lo contrario es ir con el piloto automático: hacer las cosas con la mente en otro sitio o en otro momento.
Tiene dos componentes:
1- Darse cuenta de dónde está la atención en cada momento para reconocer los sucesos del presente.
2- Adoptar una actitud de curiosidad, apertura y aceptación hacia la experiencia en cada momento.
Cómo mantener la atención plena y continuar aquí y ahora:
– No juzgar. Ver el ir y venir de los pensamientos sin actuar sobre ellos. Solo observándolos.
– Paciencia. Cada cosa tiene su ritmo.
– Mente de principiante. Ver las cosas como si fuese la primera vez que pasan, sin expectativas.
– Confianza en la bondad y la sabiduría básicas. Ser uno mismo, sin querer imitar a nadie.
– Dejar que la experiencia fluya tal cual surja. No luchar para conseguir algo concreto.
– Aceptación. Mantener una actitud receptiva y abierta. Eso no significa resignación. Son conceptos diferentes.
– Dejar ir. Sin apego ni dejarse atrapar por sentimientos o pensamientos o deseos. Fluir.
Elementos clave:
– Consciencia. Capacidad de parar, observar y devolver.
– Experiencia presente. Aquí y ahora. Enfocar la atención en el momento presente.
– Aceptación. Recibir las experiencias sin prejuicios, con curiosidad y amabilidad.
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